COMIDA RÁPIDA O BASURA, ¿CÓMO HA ENTRADO EN LA ALIMENTACIÓN HABITUAL? ¿HASTA DONDE NOS PERJUDICA?
La comida rápida (fastfood) o basura, es un tipo de comida basada en menús de fácil preparación y consumo, a lo que se suma un llamativo bajo coste, además de ser muy atrayente en cuanto a textura, color, sabor y aspecto. ¿Te recuerda a algo? Pizza, kebab, bolsas de patatas fritas, golosinas, hamburguesa, frutos secos fritos o con salsas, gusanitos o snacks salados, helados, galletas azucaradas…
El nombre lo dice todo: comida basura. Podemos pensar, ¿en qué momento se ha introducido entonces? El cambio de estructura familiar, el ritmo acelerado de vida, la publicidad alimentaria y la falta de educación nutricional tienen mucho que ver. En España, todos estos factores están presentes. Además, como decíamos la comida rápida suele caracterizarse por un sabor intenso, que la hace muy agradable al paladar, a lo que se suma la facilitad para adquirirla, tanto por economía como por disponibilidad (prácticamente la encontramos en cualquier momento y lugar). Sin embargo, debe tomarse de forma muy controlada, ¿sabemos por qué? Hay varios factores que hacen que esta comida no sea recomendable para un consumo repetitivo:
- La carga calórica que tienen estos menús en muchos casos alcanza más de la mitad del necesario en un día por un adulto sano. Esto favorece el exceso de peso, por almacenarse el exceso de energía en forma de grasa, aumentando también los valores de triglicéridos. Por ejemplo, un menú normal de comida rápida compuesto por una hamburguesa doble con queso, con una porción de patatas fritas, un refresco azucarado mediano y un helado suman más de 1200 calorías ¡en una sola ingesta!
- Además no importan sólo las calorías, también de donde vienen. Un alto porcentaje provienen de grasas saturadas y colesterol. Un consumo excesivo de estos productos puede aumentar el colesterol sanguíneo y las cifras del LDL (conocido como colesterol malo), lo que a su vez se relaciona con un aumento del riesgo de enfermedad coronaria y aterosclerosis.
- También suelen contener un alto contenido en azúcares simples (glucosa, fructosa, sacarosa…). Este consumo elevado se asocia con un aumento de los niveles de triglicéridos, de la grasa visceral, la presión arterial y provoca resistencia a la insulina, además de reducir los niveles de HDL o colesterol bueno, incluso aumentar el ácido úrico en sangre. Otro punto que puede ser una amenaza para nuestra salud son los cambios que se producen en la flora intestinal, pudiendo conducir a un aumento del sobrepeso y la obesidad.
- Por tanto, de forma global, abusar de la comida rápida puede acentuar el riesgo de enfermedad cardiovascular.
¿Alguna vez has intentado reducir el consumo de estos productos y no has podido? ¿Crees que la comida basura crea adicción? Actualmente la adicción a la comida como tal no se ha reconocido oficialmente como trastorno de la conducta alimentaria, pero muchos expertos apuestan por incluirlo. La comida basura ha sido señalada como culpable de crear esta adicción en un estudio publicado en la revista Appetite hace unos meses (diciembre 2018). Se ha observado que tras retirar completamente el consumo de este tipo de comida, pueden aparecer signos y síntomas de abstinencia durante la primera semana, similares a los que se sufren con una drogadicción al dejar de consumir estas sustancias.
Fuente: https://www.hivehealthmedia.com/eating-addiction-5-warning-signs-youre-addicted-to-food/
¿Te ha sorprendido esta comparación? o, por contra, ¿te resulta familiar? Realmente que la comida cree adicción no es nada nuevo, por ejemplo el azúcar, es capaz de estimular en nuestro cerebro receptores que también activan drogas como la cocaína. Hay varias señales que nos pueden hacer saltar la alarma de que podamos tener una adicción a la comida:
- Depresión o malhumor: si hay una falta de comida, te sientes triste, deprimido o con humor cambiante.
- Comer a escondidas: si has llegado a esconder comida para asegurarte que tienes suficiente para después o has comido poca cantidad en público, reservándote para comer a solas en grandes cantidades, aunque posteriormente sientas vergüenza o arrepentimiento.
- Efecto de abstinencia tras llevar una temporada sin probar un alimento: el deseo de tomarlo cada vez es más fuerte, incluso sufriendo síntomas de nerviosismo y cambios de humor.
- Atracones: si te has pasado comiendo hasta el punto de sentirte incómodo.
- A pesar de ser consciente de las consecuencias, no poner solución y continuar con ello: como hemos comentado al principio del post, la comida rápida puede conducir a un rápido aumento de peso, lo que se relaciona con un mayor riesgo de diabetes, hipertensión, desarrollo de enfermedades cardiovasculares y otros problemas de salud.
Reconocer los signos clave que pueden advertirnos de una posible adicción a la comida es el primer paso para recuperarnos. Más del 80% de las personas que han tenido este problema y han buscado ayuda profesional han retomado el control de sus vidas.
FUENTES CONSULTADAS:
- Schulte, K. Smeal, Lewis, N. Gearhardt. Development of the Highly Processed Food Withdrawal Scale. Appetite. 2018. Disponible en: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0195666318306196?via%3Dihub
Eating Addiction: Warning Signs You’re Addicted to Food. Disponible en: https://www.hivehealthmedia.com/eating-addiction-5-warning-signs-youre-addicted-to-food/
Gracia Arnaiz. Qué y cuánto comer: tomando medidas frente a las sociedades obesogénicas. Salud colectiva, 2009 5(3). Disponible en: https://www.scielo.org.ar/scielo.php?pid=S1851-82652009000300005&script=sci_arttext&tlng=en
M.D. Moliní. Trastornos de la Conducta Alimentaria 2007, 6(635-359). Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2480144
Gomez Morales, Beltrán Romero, Garcia Puig. Azúcar y enfermedades cardiovasculares. Nutr Hosp, 2013. 28(4). Disponible en: https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0212-16112013001000011