¿Has empezado el año con la energía a tope?
Sabemos que salir de la comodidad de la zona de confort a veces nos juega malas pasadas y hace que las metas parezcan más cuesta arriba y más lejanas. A continuación te explicamos la forma más fácil de conseguir tus propósitos de año nuevo. Por lo general comenzamos el año con ganas de comernos al mundo, pero los días empiezan a pasar, iniciamos la rutina y nos despedimos del breve momento de renovación espiritual que vivimos al tener la expectación de 365 días por delante que parecían ser 365 oportunidades de hacer lo que quisiéramos.
Los propósitos más comunes que nos planteamos de cara al nuevo año, son:
Esta lista es para recordarte que los propósitos están muy bien, pero no sirven para nada si no hay acciones detrás. Si quieres algo, debes actuar para que ocurra. Las cosas no van a pasar por sí solas. Los cambios no vienen de la nada. Eres tú el que debe cambiar si quieres algo diferente y mejor.
Todo conlleva su sacrificio, así como su recompensa.
Por eso, es muy importante planificar y organizar cómo cumplir tu propósito:
- Toma la iniciativa.
- Infórmate y establece a dónde quieres llegar.
- Busca asesoría o ayuda profesional de ser necesario.
- No desistas a la primera de cambio, sigue intentándolo.
- No establezcas metas en el tiempo, ya que normalmente suelen causar frustración. No importa en cuanto tiempo lo logres, lo importante es hacerlo.
- Refuerza tu autoestima. Crea pensamientos positivos y reconoce tus méritos y tus logros. Así cómo tus debilidades y puntos a mejorar.
- Acepta que en el camino, habrán desafíos. Nada es fácil. Si algo quieres, algo te cuesta.
- Díselo a tus amigos. Que lo sepa la gente y tú alrededor, hará más difícil que desistas. Nos cuesta más cambiar de idea si nuestras promesas son públicas. No solo porque es más fácil ponernos excusas a nosotros mismos que a los demás, sino también porque los amigos y la familia son un apoyo cuando las cosas se ponen difíciles.
- Céntrate en los beneficios. Es buena idea detallar, también por escrito, cómo cambiará nuestra situación una vez logremos nuestro objetivo. “No se trata de imaginar a tu yo perfecto, sino de tener una lista objetiva de cómo mejorará tu vida”, escribe Wiseman en su libro.
- Establece recompensas para cada meta. Tienen que ser premios pequeños y, obviamente, que no entren en conflicto con nuestro objetivo global. Es decir, no nos regalemos un Twix si estamos intentando perder peso.
¿Por qué fracasamos en nuestros propósitos de Año Nuevo?
Es muy fácil venirte arriba en plena Navidad, con ilusión por el nuevo año, una copa de cava en una mano y un trozo de turrón de chocolate en la otra. En ese momento, todo parece fácil. No es la misma realidad el jueves 26 de enero, cuando estamos cansados del trabajo y hemos vuelto a la rutina y dudemos entre irnos a casa a tumbarnos en el sofá o pasar por el gimnasio.
Lo mejor para evitar las tentaciones es no enfrentarnos a ellas. ¿Cómo? Es mucho más fácil no comer bollería industrial si no la compramos que si la tenemos en la cocina, por ejemplo, y es más fácil mirar menos el móvil si lo guardamos apagado en otra habitación que si está en el bolsillo.
El hombre de por sí, es propenso a preferir las gratificaciones inmediatas a las recompensas a largo plazo. “Somos increíblemente creativos a la hora de comprometernos de forma vaga y luego encontrar un sinfín de maneras de librarnos de estas resoluciones”(Psicólogo, Walter Mischel)
Juana María Matallana González
Dietista-NutricionistaNº Colegiada: MU 00030
Es más fácil lograr nuestros objetivos si lo dividimos en pequeñas metas “y creamos así un proceso paso a paso”. Esto es especialmente efectivo si las metas son “concretas, medibles y con plazos establecidos” Plantearse grandes objetivos es, precisamente, una de las causas más comunes para rendirnos.